Sábado, 29 de Mayo de 2010 00:00
Escrito por LJM
Controvertidas han sido las reacciones al desalojo de un campamento de trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) en las instalaciones ubicadas en la avenida Teopanzolco en donde no menos de 10 resultaron heridos ante la agresividad y abuso de autoridad de elementos aparentemente de la Policía Federal Preventiva.
Por una parte organismos sindicales y las comisiones Independiente y de Derechos Humanos del Estado de Morelos, condenaron el uso de la fuerza pública para desmontar un campamento que no hacía daño a nadie.
Por otra, algunos representantes del sector empresarial y los panistas –por supuesto- indicaron que ya era tiempo de meter al orden a esos trabajadores de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro.
El problema de fondo es que el gobierno considera a los electricistas como ex trabajadores, sin ningún tipo de derecho salvo el de perder su trabajo mediante una liquidación.
Lo anterior al grado de que funcionarios de la Secretaría de Gobernación han señalado al Congreso de la Unión que no tiene caso tratar de encontrar una solución al conflicto provocado por la separación de su trabajo a unos 40 mil sindicalizados, hasta en tanto la Suprema Corte de Justicia de la Nación no determine si el decreto para extinguir a la ex paraestatal tiene sustento jurídico o no.
Por su parte, los afectados aún se consideran trabajadores de Luz y Fuerza o del patrón sustituto Comisión Federal de Electricidad y se mantienen cerca de las instalaciones de la primera, en un esfuerzo por ser recontratados y que se reconozca al sindicato que los representa.
De que este caso es un conflicto no hay duda alguna y por ello las partes involucradas –gobierno y sindicato- deberían solucionarlo por la via del diálogo y con pleno respeto a las leyes.
Lo injustificable es que los electricistas sean vistos como delincuentes por los elementos policíacos y los traten a base de golpes de toletes, como sucedió en Cuernavaca y arremetan contra los campamentos sin tomar en cuenta que hay hombres, mujeres, jóvenes y hasta niños.
Escrito por LJM
Controvertidas han sido las reacciones al desalojo de un campamento de trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) en las instalaciones ubicadas en la avenida Teopanzolco en donde no menos de 10 resultaron heridos ante la agresividad y abuso de autoridad de elementos aparentemente de la Policía Federal Preventiva.
Por una parte organismos sindicales y las comisiones Independiente y de Derechos Humanos del Estado de Morelos, condenaron el uso de la fuerza pública para desmontar un campamento que no hacía daño a nadie.
Por otra, algunos representantes del sector empresarial y los panistas –por supuesto- indicaron que ya era tiempo de meter al orden a esos trabajadores de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro.
El problema de fondo es que el gobierno considera a los electricistas como ex trabajadores, sin ningún tipo de derecho salvo el de perder su trabajo mediante una liquidación.
Lo anterior al grado de que funcionarios de la Secretaría de Gobernación han señalado al Congreso de la Unión que no tiene caso tratar de encontrar una solución al conflicto provocado por la separación de su trabajo a unos 40 mil sindicalizados, hasta en tanto la Suprema Corte de Justicia de la Nación no determine si el decreto para extinguir a la ex paraestatal tiene sustento jurídico o no.
Por su parte, los afectados aún se consideran trabajadores de Luz y Fuerza o del patrón sustituto Comisión Federal de Electricidad y se mantienen cerca de las instalaciones de la primera, en un esfuerzo por ser recontratados y que se reconozca al sindicato que los representa.
De que este caso es un conflicto no hay duda alguna y por ello las partes involucradas –gobierno y sindicato- deberían solucionarlo por la via del diálogo y con pleno respeto a las leyes.
Lo injustificable es que los electricistas sean vistos como delincuentes por los elementos policíacos y los traten a base de golpes de toletes, como sucedió en Cuernavaca y arremetan contra los campamentos sin tomar en cuenta que hay hombres, mujeres, jóvenes y hasta niños.
http://www.lajornadamorelos.com/opinion/editoriales/87294-la-intolerancia-gubernamental
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