Política cero
Jairo Calixto Albarrán
2010-06-08
Pocas imágenes tan conmovedoras, tan entrañables, como la del secretario del Trabajo, el señor Lozano, siempre sensible y humanista que, en su denodada lucha contra el proletariado sin cabeza, siempre ofrece salidas honrosas a pesar de colgarse de lo más blanco del sindicalismo pando. Por ejemplo, después de la toma momentánea que se ha eternizado de las instalaciones de la compañía de Luz y Fuerza del Centro, ya anunció que de manera generosísima la CFEliz ya recontrató a 379 trabajadores de los 14 mil adscritos al SME, para que sepan lo que es pertenecer a una compañía de clase mundial. Así, con la toma de la mina de Cananea, que no está situada en una loma, este émulo de Gandhi que ha venido a metrosexualizar las relaciones obrero-patronales, ya anunció en pomposa ceremonia, con la venia del Grupo México, que, gracias a la caída de los rijosos trabajadores que no quisieron pasar del “Sí se puede” al “Ya se pudo”, Cananea se convertirá en un centro de producción y desarrollo primermundista. Una cosa fabulosa que hará ver a Manhattan como una comunidad provinciana y a Vancouver a la manera de un sórdido rancho, lo cual está bien para que cuando vuelva Napito de su idílico exilio dorado en tierras primermundistas no encuentre nada extraño.