Juzgue usted..... La esperanza

Francisco Castro Trenti
Lunes 31 de Mayo de 2010 20:54

Antier se transmitió por primera vez el mensaje de Javier Aguirre con motivo del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. Un mensaje muy emotivo, motivador y oportuno, por quién es el principal centro de atención del momento -nada menos que el director técnico de la Selección Mexicana de futbol-, que en diez días más estará inaugurando el mundial. El mensaje dice lo siguiente:
"Soy Javier Aguirre y amo a México. No se si siempre lo entiendo, pero sé que siempre lo amo. Y sé que por alguna razón cada cien años, México se propone hacer algo que suena imposible; se lo propone, y lo logra."
"En 1810 parecía imposible que México fuera un país independiente, y lo es. En 1910 parecía imposible que México llegara a ser un país democrático, y llegó a serlo."
"Es 2010; el reloj de la historia está sonando de nuevo. Parece imposible ser el gran país, seguro, próspero y justo, que todos imaginamos."
"Pero nuevamente es hora de soñar y de actuar. Hora de decidir si queremos ser el país que se siente predestinado al fracaso, o el que se sabe capaz de construir el destino anhelado. El país al que se le respeta sólo por su pasado, o al que todos admiran porque tienen confianza en su futuro."
"Es hora de asumir que el cambio requiere del esfuerzo de cada uno de nosotros."
"Habrá que enterrar al México de los complejos, y alumbrar al México de los hombres y mujeres seguros de sí mismos. Olvidar el México que siempre espera lo peor, y construir el México en el que cada quién trabaja por lo mejor. Dejar atrás al México que busca culpables, y dar paso al México en el que todos asumimos responsabilidades."
"Es hora de darle vuelta a nuestra historia; pasar del México del sí se puede, al México de ya se pudo. No será fácil. Transformar un país no es algo que se consiga en una noche."
"Pero alguien, un buen día, tiene que ser el primero en levantar la mano; y hay muchos que, sin decirlo, han levantado la mano. Debemos reconocerlos y seguir su ejemplo."
"La semilla del México que anhelamos está sembrada; que florezca depende de todos."
"Nuestro lugar es México, nuestro año 2010. Es hora de hacer historia. De volver a soñar, y conseguirlo." Hasta allí las palabras.
El mensaje es, sin duda, muy motivador, pero más, por quién lo dice. Si el mismo texto se hubiese dicho por algún funcionario gubernamental incluido el propio presidente Calderón, no sólo habría sido poco creíble sino que no habría causado mayor eco en la sociedad. Imagine el mensaje en voz de Cordero, Molinar, Lozano, Lujambio o, mejor aún, García Luna o Chávez Chávez.
No hay duda que el gobierno federal utilizó, ante la inminente inauguración del mundial de futbol y ante la carencia de un empleado con presencia, gallardía y prestancia, a la persona en quién se tienen cifradas todas las esperanzas deportivas más allá del desempeño de sus propios jugadores.
No obstante, mucha razón tiene Javier Aguirre en lo que dice, pero habrá que voltear a ver quiénes son los actores.
Claro que hay que enterrar al México de los complejos, pero también, hay que deshacerse de quienes con su ambición, su soberbia, arrogancia e incompetencia, tienen sumido al país en el estado crítico en que se encuentra. Hay que deshacerse, también, de quienes no escuchan a una sociedad que señala los errores y sugiere cómo corregirlos, y de aquellos que ponen oídos sordos ante las múltiples y variadas exigencias ciudadanas, acusando de enemigos de México a quienes alzan la voz y la mano para decir que las cosas no están bien.
Tiene razón Javier Aguirre al pedir dejar atrás al México que busca culpables; hay que dejar atrás la búsqueda, sí, pero cuando esos culpables hayan sido encontrados, investigados y encarcelados, pues es inaceptable, ya, seguir con la misma historia del 'borrón y cuenta nueva', pariente cercana del 'jugamos como nunca, y perdimos como siempre'.
Tiene razón al afirmar que transformar un país no es fácil, como tampoco lo es pasar del sí se puede al ya se pudo, porque el primer y gran impedimento son los gobernantes mismos, quienes en su trono de poder, con su séquito de súbditos, lacayos y corifeos, ignoran a una sociedad pensante, crítica y propositiva, puesto que están convencidos -dentro de su imperio- que lo que hacen, dicen y piensan, es lo correcto, aunque se les pruebe y compruebe lo contrario. Por su parte, los políticos, en su gran mayoría, actúan en el sentido que conviene a sus intereses personales y no a los intereses sociales, en aras de mantener el poder para sí y para los de su misma especie. La mejor muestra es el clima electoral que actualmente se vive en el país.
Sí, eso es difícil de transformar.
Tiene razón, también, al afirmar que hay muchos que -sin decirlo- han levantado la mano para participar en la transformación del país. Pero hay muchos más que no sólo han levantado la mano, sino la voz también, para puntualizar las deficiencias y sugerir las correcciones; las muestras más vivas de ello son "si no pueden, renuncien" de Alejandro Martí; "no tienen madre" de Nelson Vargas, "me quedé con ganas de darle una cachetada" de Luz María Dávila, y otras tantas. Hay muchos más que no sólo han dicho, sino escrito y comprobado, señalamientos de ineficiencia con propuesta de corrección. Si éstas son las semillas sembradas a que se refiere en su mensaje, que florezcan depende, en efecto, de todos. Pero no será posible si las autoridades continúan prestando oídos sordos a la opinión ciudadana
Sí, Javier, es hora de hacer historia.
Estoy cierto que tú no permitirías tener en tu selección -ni elegirías- jugadores mediocres e incompetentes. La sociedad tampoco permite tener servidores públicos así, pero los gobernantes no escuchan, ni ve. Transitar del 'sí se puede' al 'ya se pudo' en esa apertura auditiva y visual, como bien dices, no será fácil, ni de la noche a la mañana. Pero a fuerza de insistir, una y otra vez, quizá se logre. Aunque les cause escozor a los gobernantes.
Y sí Javier, se vale soñar: ojala que ustedes, con los pies, y usando la cabeza, ganen para México la Copa del Mundo. Ojala, también, que usando la cabeza los gobernantes -y no los pies-, rectifiquen el rumbo para la prosperidad y tranquilidad de la nación.
Pero son dos cosas que, siendo realistas, se ven difíciles de lograr.
No obstante, la esperanza nunca muere.

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