Electricistas temen por su salud
Patricia Muñoz Ríos
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de junio de 2010, p. 14
En el campamento del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) hay gran preocupación por la salud del ingeniero Cayetano Cabrera Esteva, cuya situación es muy delicada
por su prolongado ayuno, según señalan los reportes médicos. Sin embargo, este miércoles, cuando cumple 60 días en huelga de hambre y tiene dificultades para caminar y moverse, este trabajador acudirá a la graduación de una de sus hijas en el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Cabrera Esteva, quien ya no tolera la miel ni el suero, saldrá en una ambulancia del campamento que el SME mantiene en el Zócalo capitalino, pero sólo para acompañar a su hija en esta ceremonia en Zacatenco, donde se recibirá de ingeniera del IPN, institución en la que Cayetano Cabrera es maestro y pidió un permiso para participar en esta huelga.
Sólo saldré unas horas para estar con mi hija, pero regreso porque, como ya lo advertí, me voy hasta las últimas consecuencias
, dice este integrante del SME, quien prácticamente se mantienen acostado todo el tiempo por su difícil situación de salud.
Integrantes del SME que son jubilados acudieron ayer al campamento para apoyar al trabajador, quien es el que más días en ayuno ha completado en esta protesta extrema. Reprocharon al gobierno que deje morir a este trabajador
y exigieron que ofrezca una solución negociada al conflicto que dejó sin trabajo a sus compañeros, lo cual es el motivo principal por el que iniciaron un ayuno masivo trabajadores y trabajadoras de este gremio.
La hija del ingeniero, Raquel Cabrera López, compartió una carta que escribió a los huelguistas, en la que señala: “… no puedo dejar de pensar en aquellos que aún creen en la salvación de este país desangrado, en esos hombres y mujeres que para demostrar su inconformidad han dejado de comer; no puedo dejar de verlos como los nuevos héroes de mi patria, de mi país que veo día tras día con tristeza y melancolía, ¿Qué es lo que nos han hecho de México?, me pregunto con coraje, con tristeza. ¿Acaso todo está perdido? La educación podrida, la vida arruinada, ¿será que la única solución es salir huyendo y gritar ‘sálvese quien pueda’?
La admiración que siento hacia ustedes no sólo se basa en que lleven casi 50 días sin comer; no es sólo eso: los admiro porque a pesar de estar en un país desangrado por aquellos sedientos de poder, no han desistido en su lucha, siguen aquí, dándolo todo; los admiro porque he sido parte de los miles de jóvenes que carecían de esperanza, pero el verlos a ustedes llenos de fuerza me ha hecho ver que no todo está perdido, que sí se pueden cambiar las cosas; he comenzado a entender finalmente el porqué de la historia de mi patria, por qué se hicieron esas cosas, y por qué de ser necesario, volverían a suceder.
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