jueves, 1 de julio de 2010

Festejan día histórico para las garantías

Jueves 01 de julio de 2010
Carlos Avilés | El Universal

Llegaron con desconfianza. Habían leído y escuchado que la Corte liberaría a todos sus presos. Pero aún antes de entrar a la sesión de la Primera Sala dudaban.

En los primeros 30 minutos, de manera unánime, los ministros ordenaron la liberación de nueve de sus familiares y amigos del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Faltaban los tres líderes del movimiento de Atenco.

Los argumentos de los ministros José Ramón Cossío y José de Jesús Gudiño Pelayo los hicieron sufrir. La decisión se alargó otra hora, pero al final los líderes, entre ellos Ignacio del Valle, también fueron liberados, por cuatro votos contra uno. La sesión continuó con otros asuntos, pero ellos ya no esperaron, salieron. Era la hora de las felicitaciones, de los abrazos, del llanto.

Mientras Trinidad, la esposa de Ignacio del Valle, se convertía en el centro de las cámaras, de los micrófonos, del otro lado Jody Williams, quien fuera galardonada con el premio Nobel de la Paz en 1997, se mostraba eufórica, “es un día histórico para México”.

La Corte, afirmaba, acababa de demostrar que “los derechos humanos sí valen y no sólo los derechos de la gente con poder y con lana”.

Los dejan libres

A un lado la actriz Ofelia Medina abrazaba a María Romero. “¡Felicidades, ganamos!”, le mencionaba, mientras la mamá de los hermanos Jorge Alberto y Román Adán lloraba.

Pero ella lloraba por algo más. Hace 30 años, le platicó a la actriz, nació su hijo Jorge Alberto y hoy, en su cumpleaños, se lo regresaban.

A un lado, Celso, hermano de uno de los líderes de Atenco, Felipe Álvarez Hernández, no atinaba a hablar. No hay palabras, decía, con los ojos enrojecidos. Su mamá y una de sus hermanas habían fallecido durante los casi cuatro años que estuvo en la cárcel Felipe. No habían podido verlo.

Del otro lado, donde estaban las cámaras, los flashes, los micrófonos, Trinidad prefería no adelantar ningún comentario positivo sobre el futuro de su hija América del Valle, quien está en la embajada de Venezuela a la espera de que le concedan asilo político.

Es un fallo, no concesión

Hay que esperar a que se decida su situación jurídica, dice, porque en contra de América existe una orden de arresto por el delito de secuestro equiparado. Es el mismo delito por el que se juzgó y sentenció a su padre y que ahora la Corte había dejado sin efecto.

Mientras tanto, era hora de seguir festejando, de salir a dar el aviso a sus demás compañeros que se encontraban frente a la Suprema Corte manifestándose, justo dentro del territorio que ha hecho suyo el Sindicato Mexicano de Electricistas en su huelga de hambre.

Era la hora de leer el discurso que Trinidad traía listo, en medio de machetes en alto, de afirmar que la decisión de la Corte no era concesión para Atenco, sino una decisión apegada a la legalidad, y de adelantar que las movilizaciones de su grupo continuarán.

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/178766.html

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